Toda esa energía que flotaba contenida en el aire de Varanasi finalmente explotó, ¡y de qué manera!, en lo que fue el festival multitudinario más loco, exótico y desopilante en el que alguna vez haya tenido la suerte de estar.
Acá va una serie de fotos sobre lo que sucedió hace unos días durante los festejos en honor a Shiva, el Dios destructor del hinduismo, y en la ciudad que según la leyenda él mismo habría fundado.

A las 0 hs. del domingo 10 de marzo una fila interminable de hombres comienza un recorrido de 25 km de caminata. Cuando pregunto por qué las mujeres no son parte de estos festejos me sorprendo al escuchar que “no están físicamente preparadas”. (Sin embargo, para juntar leña y cargar tanques de agua incluso a los 60 años nunca se duda de su capacidad física).

Cuando sale el Sol sobre el Ganges es hora de que comiencen los festejos diurnos en honor a Lord Shiva.

El primer ritual consiste en acercarse al Ganges para purificarse en un baño con sus aguas sagradas.

Una vez que terminan los baños, la gente se acerca hasta los shiva-lingam, monolitos de piedra que emulando la forma del pene representan a Shiva. El Dios de la reproducción (concomitante con la destrucción) recibe así la adoración de sus fieles en forma de agua sagrada.

En las filas para entrar a los templos se ven frutas, flores y leche, otras de las ofrendas que se le hacen al Dios.

A eso de las 8 de la mañana los babas comienzan a desaparecer de los ghats escalinatas arriba. Luego de decidir seguir a un grupo de ellos, llego al templo por donde una orquesta los escolta desde los costados mientras pasan a honrar a su Dios: Shiva.

Terminado el momento del templo comienza la caravana por las calles principales y más anchas de la ciudad.
21/03/2013
Asia, EL VIAJE, India, PORTFOLIOS