Una de las cosas que más me gusta de viajar es improvisar destinos mientras dejo que la vida me sorprenda. Así es como el viaje anterior me encontró un día empaquetando kiwis en una fábrica helada de Nueva Zelanda, al siguiente buscando trabajo en Amsterdam con mi librito “Dutch for beginners” bajo el brazo y a la semana viviendo en una casa rodante a orillas de uno de los 7 lagos de la escuela de wakeboard más grande de europa, a las afueras de Londres.
No saber que va a pasar mañana. Eso es genial y por ahora lo vivo sólo cuando viajo. Igualmente, a la hora de pensar el viaje, siempre hay algo así como una ruta posible, que más allá de que después se cumpla o no, sirve de guía.
Ésta es la hoja de viaje tentativa para mi segunda vuelta al mundo.
05/10/2012 at 15:34
sin saber el camino
ni lo q pase hoy
24/10/2012 at 22:30
Eso es Cabar! Nos vemos en India!