– You from where?
– Argentina. You go that way? Can we join you?
– ¡Yeah, sure! ¡You are my guest, you come with my family!
¿Será lo exótico de dos occidentales vagando mochila al hombro por el costado del camino? ¿Tal vez la amabilidad con la que desde que llegamos no deja de sorprendernos la gente del sur? ¿La curiosidad ante lo desconocido? Sea lo que sea, ¡así de fácil nos está siendo hacer dedo en India!
Ver cómo ese auto que pensabas iba a ser otro de los que siguen de largo está en realidad bajando la velocidad para esperarte unos metros más adelante mientras salís corriendo en su búsqueda después de cargar otra vez la mochila, es una de las tantas sensaciones hermosas cercanas a la libertad y aventura que regala el viajar. Es el momento de gloria tan esperado por el viajero que sin un rumbo fijo ni horarios se lanza a la ruta entregándose al destino. Así lo vivimos, por lo menos, los que estamos del lado de abajo, los que esperamos quién sabe cuánto para subirnos al auto de un desconocido.
Y esto que para nosotros puede ser un simple (aunque genial) aventón, creo que en este caso para la gente que nos está levantando podría significar algo mucho más profundo: tal vez su única posibilidad de a través de nosotros viajar un poquito alrededor del mundo.
Es así cómo por ejemplo Vivi y el resto de los 17 integrantes de su familia se enteran, durante una travesía de vuelta a su casa y entre otras cosas, de que así como ellos comen casi todo picante nosotros tenemos el vigilante que es un postre a base de queso y dulce, de por qué a los 28 años a nosotros no nos es raro no estar casados y sin hijos o mismo de qué quieren un químico y un viajero para sus vidas.
Desde el silencio incómodo hasta la charla risueña y desenfrenada coronada por una amistad fugaz, todo puede pasar cuando dos partes desconocidas deciden compartir un trayecto motorizado de sus vidas. Por ahora venimos teniendo suerte. No sólo porque cada vez que lo intentamos nos levantan enseguida, sino porque además conocemos gente como esta hermosa familia.
30/01/2013 at 20:27
Muy bueno!
31/01/2013 at 06:41
buen relato bepisan! mucha envidia tb! nosotros ya estamos volviendo. abrazo grande para los dos.