Así como pulular es un actividad mundialmente afamada por llevarse a cabo, sin importar de qué parte del globo se trate, los domingos, los madrileños fueron mucho más allá y, además de un día, también le asignaron al pululeo un sitio: El Rastro.
Esto es de lo primero que me entero la semana pasada cuando llego a estos pagos y pregunto a lugareños qué cosas no me puedo perder. Es así como ayer, en mi primer domingo libre en Madrid (el anterior lo había ocupado en recuperarme del jet lag antes de filmar cómo se vive el derby Barca-Real), le dedico un buen rato a caminar cuesta arriba desde el otro lado del Manzanares (el río que atraviesa la ciudad) hasta el barrio de La Latina, cerca del centro. Ahí funciona desde el siglo XIX este mercado emblemático de Madrid en donde todos los domingos y feriados miles de puesteros y vendedores ambulantes empiezan a montar sus tiendas a eso de las ocho de la mañana.
Apenas llego me doy cuenta de una de las características esenciales del mercado: su modo de funcionar a la que te criaste. A pesar de ser una feria primermundista en la que no te invaden olores ni te atropellan oportunistas desesperados por venderte algo que no te va a cambiar la vida como sí pasa en Marruecos o Asia, en El Rastro el orden no está organizado. Los puestos se distribuyen al tuntún, sin que haya sectores divididos por rubros. A uno de libros le sigue otro de grabados y chucherías, que está pegado al de antigüedades, atendido por una señora que momentáneamente también relojea el de todo lo que refiere a lo artesanal aplicado a la chancleta unisex bípeda, que está justo enfrente y cuyo dueño salió corriendo al baño.
“¡Venga, vamos que vienen los guardias civiles y me lo quitan, que estamos a tiempo, venga!”, arenga a la muchedumbre que se abalanza sobre su puesto uno de los vendedores. Tiene todos los artículos amontonados sobre un mantel que desplegó en la vereda, y lo que dice sobre la policía me recuerda que según lo que se cuenta, por la mañanas es común ver amigos de lo ajeno vendiendo el botín de toda una noche de trabajo. No estoy seguro de que sea el caso pero cuando baja la cabeza un instante y ve que cámara en mano registro sus fechorías desde el piso, me mira con cara de poquísimos amigos y antes de que tenga tiempo para decirme nada ya estoy acobijado por la otra punta de la feria.
Cuando recupero la respiración, y ya algo más tranquilo, paso un rato con Fermín, a quien su don charlatán le ayuda a atraer clientes. Me cuenta que “la modalidad de la feria se remonta a los orígenes, allá por el siglo XV, cuando comenzaron a aparecer aquí, en lo que eran las afueras de Madrid, los primeros puesteros. Se aprovechaban de la inactividad de mataderos y curtiembres durante los fines de semana para hacerse de un lugar en donde revender sus ropas viejas y usadas. Ha sido algo espontáneo, que así como ha ido naciendo se ha ido quedando”.
Hoy, mientras pateo las calles por donde alguna vez chorreó barranca abajo el rastro de sangre de las reses degolladas, veo cómo el pulular le da vida al mercado, y que a pesar de estar en Madrid, y al igual que en cualquier otra parte del mundo, acá en El Rastro también se regatean las gangas.
INFO ÚTIL | TIPS PARA VISITAR EL RASTRO
La feria fue declarada Patrimonio Cultural del Pueblo de Madrid y es famosa, por lo que recibe cada domingo y feriado hasta 100.000 visitantes. Si pensás pululear la zona, estáte atento a que no te manoteen tus cosas cuando hay amontonamientos de gente.
La Latina es uno de los barrios por excelencia para salir de tapas y cervezas. Es una buena idea salir con tiempo como para recorrer los bares de la zona después o durante la visita a la feria.
INFO ÚTIL | CÓMO LLEGAR
Llegar hasta el mercado es muy fácil. Desde la Plaza Mayor podés ir caminando (por calle Toledo hacia abajo son alrededor de 10 minutos).
Las líneas de metro que te dejan bien son éstas:
Línea 5 | Estación La Latina o Puerta de Toledo.
Línea 1 | Estación Tirso de Molina.
Línea 3 | Estación Embajadores.
Si vas en colectivo, podés tomar las líneas 17, 33, 35, 41, 60, 148 y la circular.
INFO ÚTIL | HORARIOS
Los puestos se empiezan a montar todos los domingos y feriados a las 8 hs., y a eso de las 14 hs. ya hay algunos que se empiezan a ir, quedando casi vacía para las 15 hs.
Las calles a la redonda se transforman en peatonales, con lo cual aunque tengas auto lo mejor es no llevarlo porque se hace difícil estacionar.
Y si querés más información, ésta es la web oficial de El Rastro.
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