“¿Dónde es esto? ¿De verdad existe? ¡Para mí que es photoshop!”
Fantasía vs. Realidad
Cuando hace alrededor de dos años uno de mis amigos subía al muro de mi primer blog de viajes una foto de este fuerte surrealista no atinamos a hacer otra cosa que dudar de su veracidad.
Un lago en medio de una doble muralla que nace de la cima de un acantilado para proteger templos y monumentos de otra época suena a demasiado perfectamente dramático para ser real. Pero aunque nos costara bastante creerlo, tras un rato de investigación Destinia develaba que el lugar efectivamente existía. “Sea como sea, tenemos que ir a Chittorgarh”.
Drama vs. Realidad
Dos años más tarde, mientras surcamos suelos que supieron ser escenarios de las más crudas de las batallas de Rajastán, no sólo confirmamos lo terrenal de aquello que creíamos de fantasía sino también que en el dramatismo perfecto de su arquitectura vive la historia épica de todo un pueblo guerrero: los Rajput de Mewar.
En medio de una planicie extensa y desierta en la que se nos hace difícil respirar sin llenarnos los pulmones de tierra, vemos cómo se erige de la nada, a 180 metros de altura y ocupando por completo los 2,8 km cuadrados de la cima de esta montaña caprichosa, el fuerte de Chittor. Lo primero que me pregunto cuando después de varias horas de bus local quedamos boquiabiertos ante tal mejestuosidad es cuánta gente habrá muerto cargando piedras hasta ahí arriba durante la construcción de semejante fortaleza allá por el siglo VII d.C.
En aquel entonces el fuerte-ciudad fue fundado por los gobernantes del imperio Mauryan pero tan sólo un siglo después comenzaría a ser víctima de los ataques e invasiones que marcarían su historia. El primero estuvo a cargo de Bappa Rawal, fundador de la dinastía Sisodia (una de las más antiguas del mundo) y cuyos descendentes gobernarían por siglos el reino de Mewar llevando hasta lo más alto los valores guerreros de los Rajput.
Apenas cruzamos al otro lado de Ram Pol, la principal de las 7 puertas que atraviesan la muralla de Chittorgarh y por la cual accedemos al fuerte después de subir un kilómetro de calle serpenteante, viajo hasta a la cabeza de Bappa Rawal y me imagino qué tan invencible debe de haberse sentido tras hacerse de la conquista. Es que ya con los pies en lo más alto de la muralla y contemplando una extensa vista panorámica de 360° del desierto uno confirma lo que sospechaba cuando la imponencia del fuerte lo hacía sentir insignificante allá abajo: no importa de a cuantos vengan, esto tiene que ser inexpugnable.
Justo después de su victoria en el 734 d.C. el emperador decide nombrar a Chittor capital del reino Mewar. Pero no pasarían muchos años antes de que las tropas mogolas se encargaran de demostrar que lo supuestamente infranqueable del fuerte más grande de Asia no era en realidad tal. El primero de los ataques fue en 1303 a cargo de Alauddin Khilji, quien decidió invadir Chittor luego de enamorarse de Padmini. Khilji jamás había visto a la reina, pero tan sólo escuchar sobre su belleza le fue suficiente para quedar enceguecido por ella. A pesar de tratarse de una derrota segura, por el número gigantesco de las tropas invasoras, el orgullo guerrero de los Rajput llevó a los hombres a lanzarse a una sangrienta batalla. Las mujeres, por su lado, siguieron los pasos de su reina, quien prefirió caminar adentro del fuego antes que hundirse en la deshonra de un matrimonio con el enemigo.
Se trataba tan sólo de la primera derrota porque a pesar de que el fuerte caído en manos de Ala ud din Khilji, Sultán de Delhi, fue reconquistado en 1326 por tropas integradas por los huérfanos criados por los ancianos y lideradas en batalla por Hammir Singh, los emperadores de Chittor jamás se rindieron ante la superioridad mogola. Es así como en 1535, siendo Chittorgarh el estado líder de los Rajput, se repite la historia: esta vez 32.000 hombres afrontan una muerte segura en el campo de batalla mientras sus mujeres, lideradas por Rani Karnawari, vuelven a cometer “jauhar” al sumergirse en el fuego.
Tras la tercera invasión, jauhar y derrota en 1568 a cargo del emperador Akbar, Chittor queda definitivamente incluida en el imperio mogol y la capital Mewar es movida hacia Udaipur (ver PORTFOLIOS – Udaipur, la última capital del imperio Mewar). A partir de entonces Chittor, uno de los centros de poder históricamente más disputados de India, empieza a perder paulatinamente y cada vez más su relevancia política. Sin embargo, lo que nunca va a dejar de tener es toda la magia que protegida por las murallas y esparcida entre templos y monumentos cuenta la historia de romántica y heroíca de un pueblo que en defensa de su independencia eligió siempre la muerte por sobre la deshonra: los Rajput de Mewar.
DATOS ÚTILES – CÓMO LLEGAR
Más allá de que por su historia y lo impresionante del fuerte, sus templos y monumentos Chittorgarh es un lugar que recomendaría a todos visitar, la fortaleza se recorre entera en 3 horas y la ciudad nueva en sí no tiene mucho más para ofrecer que un montón de tierra sacudida por el viento que azota el desierto. Por eso diría que lo mejor, y aunque me pese, lo mejor es hacer una visita por el día desde Udaipur (120km) o Kota (174 km).
Tren a/desde Delhi: 500 Rupias en 3ra clase con aire acondicionado (cama) – 14 hs.
Bus local desde Udaipur: 100 Rupias.
DATOS ÚTILES – VISITAR EL FUERTE
La manera más lógica y cómoda de visitar el fuerte es alquilando un rickshaw por 3 hs a cambio de 300 Rupias. Es probable que en un primer momento el conductor pida sumas más abultadas, pero si se le dice que no, no hace falta ni regatear: 300 Rupias es el precio de mercado.
El mejor momento para empezar la visita es 3 horas antes del atardecer. Casi todos los principales monumentos miran hacia el oeste y las vistas desde la parte sur de la muralla cuando los tintes naranjas del sol bañan el lago son de lo mejor de la visita.
DATOS ÚTILES – DÓNDE QUEDARSE
Para quienes decidan acercarse a la ciudad y pasar la noche allí, los hoteles más baratos están en la calle paralela a la terminal de buses locales. Se pueden conseguir habitaciones dobles desde 250 Rupias (1U$S = 54 Rupias) con baño privado, aunque hay que tener algo de suerte para encontrar una limpia.
Si se busca en cambio un hotel acogedor y de calidad, el Pratap Palace es por lejos el mejor en el que uno se puede quedar. Tiene un jardín grande y arbolado, tal vez uno de lo pocos lugares de la ciudad en donde relajarse disfrutando de aire fresco y puro, y de seguro el único con Wifi.
El restaurante sirve la comida más rica que encontramos en la zona: platos variados y abundantes a la carte para el almuerzo y la cena, y un buffet autoservice en horas del desayuno.
Las habitaciones son limpias, grandes y cuentan con baño y agua caliente. Y para quienes gusten del dormir plácidamente, una recomendación importante es elegir las que dan al jardín, ya que el frente del hotel linda calle de por medio con la vía y al igual que a los demás conductores, a los maquinistas también les sienta genial abusar del claxon.
WEB: www.hotelpratappalacechittaurgarh.com
MAIL: hpratapp@hotmail.com | hcbsales@gmail.com
TEL: +91.1472.241.042 | +91.1472.240.099 | +91.1472.382.384
03/08/2014 at 23:30
honor y placer!