En el centro geográfico de Barcelona, a igual distancia del mar que de la montaña y del naciente que del poniente, se juntan cada día miles de personas, catalanes, extranjeros, en una plaza, en la vereda, a la sombra, con una cerveza, haciendo una fila, bajo la lluvia, solos, sin bufanda, sacando fotos, con un mapa, en pareja, como todas las mañanas, porque sí o como sea que a cada uno le pase, para maravillarse con la obra más increíble de Gaudí: La Sagrada Familia.
Es que este pedacito de otro planeta aterrizó, directo desde la cabeza de Antoni, en el medio de la cotidianidad de Barcelona. Y como no podía ser de otra manera, yo también fui a regocijarme.
Es un clásico del viajero llegar a destino y, tras buscar hoteles dónde hospedarse, preguntarle a alguien cuáles son las cosas más interesantes para hacer en la ciudad. Y tanto como ello, es típico que nos manden a recorrer, entre otros, edificios históricos y catedrales. Todas las ciudades los tienen y se supone que cada uno de ellos es una muestra única de la cultura de dicho pueblo.
¿Pero qué tan distinto puede ser entrar a una catedral gótica en Milán hoy, y a una gótica en Viena mañana? A mí personalmente y sin ser un afamado sabiondo de la arquitectura, después de haber entrado a un par de catedrales europeas me resultan, aunque singulares, todas bastante parecidas. Ya sé que cada una tiene su estilo, su época y diversos movimientos arquitectónicos y contextos sociales e históricos que las influyeron, pero lo cierto es que cuando llego a una ciudad europea y visito sus edificios históricos, no me pasa de decir “wow, esto no lo había visto”.
O no me pasaba. Porque nada que haya visto antes se parece a La Sagrada Familia.
La primera de las cosas increíbles es que Gaudí, este genio que estuvo desde siempre íntimamente ligado a la Iglesia, le dedicó a su proyección y construcción gran parte de su vida. La obra le fue encargada en 1883, cuando tenía apenas 31 años, pero tan espectacular y ambicioso era su plan que desde un principio supo que jamás podría verlo terminado en vida. Por eso se aseguró de dejar los planos al detalle como para que aún hoy y hasta el año 2026, según se estima, continúen los trabajos en la basílica.
La segunda es el universo de significación que hay en cada centímetro del edificio. Las paredes están repletas de símbolos y cada uno tiene todo un sentido. Yo me pasé horas ahí adentro estupidizado entre los juegos de luces y colores que entran por los vitrales para contar las miles de historias que afloran desde las paredes, techos y pisos.
¿Cómo puede ser que en la cabeza de una persona haya podido ocurrir todo eso con lo que el ingenio de Gaudí revolucionó la arquitectura moderna? Aunque para cualquiera de nosotros esto pueda ser inimaginable, nada de lo que se ve en La Sagrada Familia es producto de una inspiración repentina. Guadí tuvo siempre bien claro que ésta sería la obra cúlmine de su vida, y para que el resultado estuviera a la altura de su imaginación, usó cada uno de los encargos que tuvo, como la Casa Batlló y el Park Güell entre otros, para testear el funcionamiento de innovaciones arquitectónicas que iba creando.
El resultado es un lugar mágico del que no puedo decir algo sin sentir que me quedo corto o que no le estoy haciendo justicia. Un espacio de fantasía que, aunque producto del intelecto de humano, aplica toda la inteligencia de la naturaleza, rasgo fundamental del modernismo.
“El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia lo hace el pueblo y se refleja en él. Es una obra que está en las normas de Dios y en la voluntad del pueblo”, afirmaba Gaudí. Es que desde sus inicios es construido gracias al aporte de donaciones. Cuando esté terminado contará con 18 torres: 12 dedicadas a los apóstoles, 4 a los evangelistas, una a María y otra, las más alta, a Jesús. Pero como forma de respeto a la naturaleza ninguna de ellas superará los 173 metros de altura del Montjuic, el punto más alto de Barcelona.
Es que Gaudí lo pensaba todo para llegar a resultados impensados. Y parece que así también debía de ser el final de su vida. El 7 de junio 1926, en su camino hacia la Iglesia de San Felipe Neri para confesarse, fue atropellado por un tranvía. El accidente fue en Gran Vía entre Girona y Bailén, a unas pocas cuadras de donde construía una de las tantas cosas por las que el pueblo catalán aún hoy lo sigue amando e idolatrando. Pero lejos de que alguien lo socorriera, él quedó inconsciente, solo y tirado en el piso. Lo confundieron con un linyera porque andaba indocumentado y con ropas viejas, y el tiempo que pasó hasta ser socorrido fue demasiado, muriendo el 10 de junio en el Hospital de la Santa Creu.
Hoy en día, su cuerpo está enterrado en la cripta de La Sagrada Familia, esa locura con lo que soñó toda su vida.
DATOS ÚTILES – TICKETS
La visita al interior de la basílica es más que recomendable, lo mismo que la audioguía que explica en detalle la historia y significados de la obra.
Visita simple a la basílica: €13
Visita guiada o con audioguía: €17
Ascensor a las torres: €4
Estudiantes, jubilados y menores de 18 años: €11 (Con audioguía: €14 | Guiada: €15)
Visita a la basílica + Visita a la casa-museo Gaudí: €16.5
“Amigos del templo”, niños de hasta 10 años y personas discapacitadas en un 65% o más con un acompañante, entran gratis.
DATOS ÚTILES – HORARIOS
La basílica está abierta los 365 días del año.
De octubre a marzo, de 9.00 a 18.00 hs.
De abril a septiembre, de 9.00 a 20.00 hs.
* 25 y 26 de diciembre – 1 y 6 de enero, de 9.00 a 14.00 hs.
Para la visita a las torres se compra un ticket con horario. El servicio funciona:
De 9.00 hs. hasta 30 minutos antes del cierre del templo (ascensor de la Pasión).
De 9.00 hs. hasta 15 minutos antes del cierre del templo (ascensor del Nacimiento).
Audioguías:
De 9.00 hs. hasta 30 minutos antes del cierre del templo.
Idiomas disponibles: catalán, castellano, inglés, francés, Italiano, ruso, portugués, alemán y chino.
DATOS ÚTILES – CÓMO LLEGAR
La Sagrada Familia está a sólo 3 km de la Plaza Catalunya. Se puede ir caminando o en Metro.
Metro
Línea 2: estación Sagrada Familia.
Línea 4: estación Verdaguer.
Línea 5: estación Sagrada Familia.
Bus
Tomar el número 47 en Passeig de Gracia y Ronda de Sant Pere hasta Carrer Industria y Sardenya.
08/07/2014 at 10:43
Sin palabras, una obra magistral; no imagino lo que se debe sentir estar en un lugar tan maravilloso fruto del infinito ingenio humano.
gracias por compartirlo!!
08/07/2014 at 10:46
Excelente post Andrés!!
Excelentes fotos, y gracias por el mapa!!!!! Deberias hacerlo en todos los posts 😉
Saludos