– Esta historia empieza en “PASA EN INDIA – Lo que empezó como “una infección de riesgo” y que ahora parece ser “un simple derrame” me tiene hospitalizado (aunque sin amputaciones en el haber)”.
Todo empezó a los dos días haber llegado a India. Entre la oscuridad de la noche densa de la playa de Arambol buscaba divisar el cartel que en tiza blanca sobre fondo negro identificara como “Yoga Village” al quinto grupo de bungalows empezando desde el puesto de lifeguards. Ahí le daría encuentro a mis queridos amigos de toda la vida, los mismos que no veía hacía 3 meses y que a pesar de ello no tuvieron la delicadeza de proveerme de, además de los mencionados, algún dato certero como para poder ubicar incluso de noche el lugar en donde se desataría la algarabía al volver a abrazarnos.
Fue así como terminé por patearme no un par sino también muchos otros kilómetros de playa con ambas mochilas al hombro entrando a cada uno de los bares y restaurantes para preguntar a sus dueños si alguien conocía el misterioso aposento. Es que no era sólo que yo no lo encontraba, sino que parecía tratarse de una fábula, ya que o bien me mandaban a “5 minutos atrás de la última luz de la bahía” o bien me aseguraban que nunca habían escuchado hablar del aquel tal Yoga Village.
Supieron contarme otros viajeros que lo más común en India era toparse con gente que sólo se acerca al extranjero, si bien con la excusa del ayudar, más bien con las únicas intenciones de aprovecharse de uno. Por eso (y aunque después terminé por refutar dicha teoría en base a mi experiencia propia) en ese momento no me extrañó que en ninguno de los bares de la zona supieran cómo ayudarme a encontrar el lugar, supuestamente vecino. Pero lo que nadie me había dicho era que además acostumbran poner entre la playa y los restaurantes, a modo de caminito escalonado de bienvenida, bolsas arpilleras que junto con la arena que las cubre y la pendiente del lugar, transforman la entrada y salida a los bares en una trampa mortal.
Por lo menos eso fue para mi tobillo, que cuando bajando por una de dichas escaleritas de arpillera y arena, tuvo la mala leche de patinar y doblarse harto, cual lungo en Fiat 600.
15/01/2013 at 19:28
Y?????????????????????
NO nos dejes así!!!!!!!!!
Decime q fue un esguince!!! Nada de maleolos rotos, please!!!!!!!!!!!!
Estás bien??????!!!