Nunca fui un acérrimo fanático del cemento. Mucho menos de cómo éste se esmera en acumularse, metro sobre metro, en lo que no siento más que como una estúpida e interminable carrera hacia el cielo. Y a pesar de que en sus orígenes Kuala Lumpur fue un pequeño asentamiento perdido en medio de la selva, hoy poco queda de aquello que dio lugar a su nombre: “confluencia fangosa”.
La unión de los ríos Klang y Gombak sea tal vez lo único que sobrevive del entorno natural tapado por el barro en donde decidieron instalarse 87 mineros chinos allá por 1857. Eso y el calor y la lluvia que lo generan.
Es una cosa de todos los días, por lo menos a estas alturas del año, que cuando bien entrada la tarde, y después de todo un mediodía de calor insoportable, uno resuelva que otra vez pifió con la cantidad de protector solar mientras ve cómo el cielo se pone violeta. Es el momento de los Monzones. El horizonte se llena de rayos y ya se sienten los truenos, aunque pueden pasar horas hasta que finalmente empiecen a caer los dardos del cielo.
Mi llegada a Kuala Lumpur, entonces, no hace más que despertar en mí una pregunta que se repite, repite y repite: ¿qué hago dedicándole parte de mi vida a una selva tropical de concreto, cuando podría en realidad estar mucho más feliz en una selva tropical paradisíaca?
Más allá del calor sofocante, de la lluvia torrencial como pocas veces vi y de que todo pase enjaulado entre acantilados de hormigón, hay algunas cosas que hacen que valga la pena dedicarle aunque sea un par de días a la capital malaya:
1- Agarrarse un dolor de cuello de 360° avistando desde todos y cada uno de los puntos posibles, los que fueran entre 1998 y 2003 los edificios más altos del mundo. Las Torres Petronas, obra de César Pelli, con 32.000 ventanas, 78 ascensores, 88 pisos, 258 columnas, 32 kioskos, 183 baños y un una pasarela aérea de doble altura que las une en los pisos 41 y 42, son uno de los símbolos más espectaculares y típicos de la ciudad. Para reservarles un buen rato, tanto de día como de noche.
2- Recorrer el barrio chino, su gente, sus puestitos, sus curiosidades y su comida.
3- Tomarse el monoriel de una cabecera a la otra para pasearse por entre los rascacielos en las alturas de la jungla y tener una vista aérea de la ciudad.
4- Visitar Little India y regocijarse con su comida.
5- Conocer la Mezquita Masjid Jamed, que fuera construida sobre el primer cementerio malayo de la ciudad e inaugurada por el Sultán de Selangor en 1909.
6- Salir a la noche por Bukit Bintang, la zona de restaurantes y entretenimientos del centro de Kuala Lumpur.
7- Ser uno de los privilegiados que puede asegurar haber visto con sus propios ojos 4 Torres Petronas, luego de acercarse por la noche al lago Titiwangsa.
8- Visitar uno de los santuarios hindúes más populares fuera de India: las cuevas de Batu, en una montaña de piedra caliza 13km al norte del centro de la ciudad, están dedicadas a Murugan.
9- Sacarse las zapatillas y recorrer el interior del templo hindú más rico y antiguo de Kuala Lumpur: el Sri Mahamariamman Temple.
Y seguramente haya muchas más cosas para hacer en Kuala Lumpur. Pero yo por lo menos, ya no quiero saber más nada con pasarme el día caminando entre mazacotes de cemento, como oso polar en sauna y esperando a que una tormenta eléctrica me refresque el día.
Está decidido, ¡me voy a una isla paradisíaca!
DATOS ÚTILES | CÓMO MOVERSE
A la hora de transportarse por la ciudad, además del taxi, el metro y el monoriel, hay dos líneas de colectivos que circulan uniendo los puntos más interesantes de la ciudad de manera gratuita. Es bueno saberlo, y mucho mejor, ¡tener de antemano sus itinerarios!
GOKL Línea verde.
GOKL Línea púrpura.
13/12/2012 at 14:44
Muy bueno, excelentes fotos! Yo no aguanté ni 48 hs ahí, x lo q veo me perdí varias cosas, jaja. Las Torres son impresionantes, estar ahí abajo… guau!
El té que se toma en Malasia es el más rico (con leche condensada, mmmm), aunq sea embolsado, entrale con unos panqueques 🙂
No te pierdas la selva, es un paraíso diferente 😉 y la gente, de lo mejor!
Saludos!
13/12/2012 at 20:36
Sí! El té con leche condensada es ESPECTACULAR! Voy a ir a a selva cuando no sea época de monzones supongo!
Saludos!
13/12/2012 at 21:37
Me dió mucha gracia la bebida embolsada…risa y un poco de asco!!!!! menos mal que te vacunaste contra todo!!!!
Me empiezo a preguntar si estamos nosotros, en Buenos Aires, en época de monzones…me dejás curiosa! la ciudad se inunda cada tres días y así seguirá hasta febrero (así que si querés te documento lluvias como nunca viste!). Si tuviera con quién dejar a Mulata y a Astor, me iría con vos a la selva tropical! Hoy en pleno Florida y Corrientes vi un chabón negro tocando la guitarra, cerré los ojos, me subí en una brisa, que quién sabe por qué había pasado por ahí, y me imaginé con un coco en una playa de Brasil.
Disfrutá por nosotros!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
besos!!!
Luli
14/12/2012 at 02:00
impresionante post! buenisimo!
30/12/2012 at 19:19
siii el te tarik mm que bueno por favor! pues a nosotros KLL nos gustò mucho, serà por la variedad cultural que hay, pero nos lo pasamos muy bien,y en general la comida en malasia buenisssssima! besos
03/03/2013 at 15:59
Muy buen post, yo recuerdo que la comida no fue mucho de mi agrado porque usan demasiado curry, pero al margen de eso la ciudad es impresionante, ojalá retorne alguna vez más!