¿Y al Taj Mahal no vamos a ir?
Es muy turístico.
¡Pero es uno de los edificios más lindos del mundo!
Pero es muy turístico.
¡Y le pasamos por al lado!
Sí, pero es muy turístico.
Yo quiero ir.
¡TURISTA!
La paradoja del viajero
Aunque parezca sin sentido, conversaciones como ésta suelen estar a la orden del día entre extranjeros que a la hora de pensar su itinerario de viaje acercan peligrosamente el trazo de su lapicera a Agra, uno de los destinos más turísticos de todo el planeta.
Más allá del mucho o poco interés que pueda despertar la ciudad, ahí se erige el Taj Mahal, ese edificio blanco con cuatro torres y varias cúpulas en forma de gota que reflejado en el agua de los estanques que lo rodean gran parte de la humanidad supo ver por lo menos una vez en fotos, pinturas o postales. Tan cliché es su imagen que muchos de nosotros podríamos dibujar el edificio casi de memoria.
¿Para qué tomarse entonces el trabajo de viajar hasta una ciudad con el único objetivo de volver a ver algo que ya se vio tantas veces? Y no es sólo eso: ¡encima está lleno de turistas!, ésos que de un tiempo a esta parte parecen haberse transformado en los peores enemigos de quienes se autoadjudican el título de viajeros. Éstos suelen proclamarse diferentes (y muchas veces también superiores) a los primeros tras asegurar que ellos dedican mucho más tiempo a cada destino, logrando así conocerlo íntegramente, tanto a su gente como a su cultura.
Pero cuando se trata de conocer lugares famosos como el Taj Mahal, resulta que por la simple rebeldía de no hacer lo turístico son muchos viajeros los que terminan por perderse todo lo que envuelve a una obra de arte que si ha alcanzado dicho estatus será porque tiene cualidades suficientes como para ser palpada en vivo. Así, terminan siendo los acusados de viajar sin tomarse el tiempo necesario para impregnarse de lo que tienen frente a sus ojos quienes llegan a conocer más sobre ello. Por lo menos más que los turistas no turistas.
La paradoja de Agra
En el caso de Agra la tendencia se acentúa todavía más. El hecho de ser, junto con Delhi (capital de India) y Jaipur (capital de Rajastán), una de las patas del concurridísimo “Triángulo de Oro”, sumado a que tan famoso como su principal atracción, el Taj Mahal, es el clamor popular de que a pesar de albergar al edificio más lindo del mundo la ciudad en sí es fea y no tiene mucho más para ofrecer, hace que muchos viajeros opten por pasarla por alto o visitarla “por el día”.
Pero lo cierto es que a pesar de ser acertado que es bastante fea, la ciudad sí tiene cosas interesantes para quienes la visiten. Personalmente puedo recomendar dedicarle buena parte de un día a perderse por las calles laberínticas del Bazar de Kinari. Hay puestos de lo más raros por todos lados, tanto como personas intentando vender sus chucherías sin puesto alguno. Lo que más me sorprendió fue ver cómo había quienes vendían pezuñas de vaca (junto con 20 o 30 cm de la pierna) quemadas previamente con una llama potente símil mechero. Otra de las curiosidades es que acá no existen las veredas y por eso tanto los autos, las motos, los rickshaws, las vacas (¡que acá son muchas!) y las multitudes se apilan bajo una maraña de bocinazos que nunca deja de musicalizar el ambiente.
Ahí nomás del Kinari está el Fuerte de Agra. Aunque la entrada no podría decirse barata (300 Rupias | U$S1 = 54 INR) y el fuerte en sí no es la gran cosa, ver cómo y dónde termina la historia del creador intelectual del Taj Mahal creo que la paga con creces (ver La paradoja del Taj Mahal más adelante). El resto son murallas, ruinas y jardines, sin que ninguno de estos me haya parecido espectacular o imperdible.
Otra de las actividades recomendables en la ciudad fea del monumento lindo es salir a caminar por Taj Ganj, el barrio que se creó cuando 20.000 obreros comenzaron a trabajar en la construcción del monumento. En total fueron 21 años de obra, después de los cuales muchos de los trabajadores decidieron no marcharse. Hoy en día es un barrio no turístico y como tal da a todos los que decidan recorrerlo un premio genial en forma de sonrisas, fotos y charlas con grupitos de nenes que no están tan acostumbrados a ver caras occidentales.
La paradoja del Taj Mahal
Hay una sola manera de sentir lo imponente del Taj Mahal y toda la magia que lo rodea: teniéndolo frente a frente. No hay fotos, ni videos, ni palabras que puedan transformar aquel edificio blanco con cuatro torres y varias cúpulas en forma de gota en lo que realmente es y cómo se siente en vivo la inmensidad, perfección y encanto de uno de los edificios más lindos del mundo.
“Hace derramar lágrimas al Sol y a la Luna”, dijo el emperador Shah Jahan sobre el monumento que dedicó a la tercera y más amada de sus esposas, Mumtaz Mahal, luego de que ésta muriera en 1631 cuando daba a luz a su decimocuarto hijo. Un año más tarde, y por orden del emperador y como muestra del amor profundo que sentía hacia su difunta esposa, comenzaría la construcción del mausoleo.
Para ello se convocó a los mejores arquitectos e ingenieros de India y Asia central, quienes llevaron a cabo la obra junto a otros 20.000 obreros. Pero increíblemente así como sensible y amoroso también parece que Shah Jahan habría sido bastante perverso. Es que entre las varias leyendas que agregan un poco más de mística al monumento, hay una que dice que una vez terminado, él mismo mandó a cortar las manos y quemar los ojos de quienes habían participado en la construcción, cosa de que no volviese a verse un monumento semejante.
Mitos al margen, ciertamente verídico es que a los pocos años de terminado el Taj Mahal el emperador fue destronado por uno de sus hijos, quien además de derrocarlo decidió meterlo en la cárcel. En una de las torres del fuerte de Agra pasó Shah los últimos ocho años de su vida, sin la posibilidad de volver a ver en el teñirse rojizo del mármol blanco cómo la noche va dejando paso a los primeros gallos de la mañana.
Es el mejor momento para visitar el complejo y contemplar un espectáculo único protagonizado por una obra de arte dedicada al amor y que, cuando se la tiene adelante y se piensa en todo lo que la empapa, pone la piel de gallina.
DATOS ÚTILES – DÓNDE QUEDARSE
El barrio en donde se asentaron los obreros que trabajaron en la construcción del Taj Mahal es el mismo que hoy en día acoge a los turistas que llegan desde todo el mundo para apreciar la obra de arte. Situado junto a la puerta Sur del complejo del monumento, el Taj Ganj ofrece varias guest house y hoteles bien ubicadas y con precios accesibles.
Las habitaciones dobles con baño y agua caliente van desde las 400 Rupias en adelante. La limpieza y comodidad de las mismas varía mucho según cuáles estén disponibles en cada lugar, con lo cual, es cuestión de recorrer los hoteles y ver cuál es el que a uno le resulta más acogedor.
Para llegar hasta la zona del Taj Ganj desde la estación de trenes de Agra, se puede tomar un rickshaw por unas 50 o 60 Rupias, dependiendo del humor del conductor y de las ganas de regatear del viajero.
DATOS ÚTILES – PRECIOS Y TIPS PARA VISITAR EL TAJ MAHAL
A pesar de que el mejor horario para disfrutar del Tah Mahal es durante el amanecer, las puertas del predio abren no antes sino justo cuando está empezando a aclarar y salir el Sol (en febrero esto es a las 7am). Si a esto se le suma que a pesar de ser la minoría siguen siendo muchos los turistas que eligen este momento del día para hacer su visita, es bastante recomendable salir con mucho tiempo de anticipación para comprar las entradas. Calcular 40 minutos para este trámite suena a demasiado pero al final de cuentas no lo es.
Hay una boletería junto a la puerta Oeste del predio y otra a 1 km de la puerta Este. En ambos casos va a haber que hacer fila, pero si se elige la segunda, hay que calcular el tiempo para ir después volver.
Ticket general: 750 Rupias (febrero 2013).
BOCA EN BOCA VIAJERO – EL TAJ MAHAL AL ATARDECER
Para ver cómo el atardecer ilumina al Taj Mahal se puede ir a los jardines de la Luna (Mehtab Bagh), sobre la orilla norte del río Yamuna. Hasta allí se llega, desde el Taj Ganj, alquilando un rickshaw. Ésta es la única forma de ir ya que no hay colectivos locales que hagan la ruta y si se le pide a un conductor de rickshaw pagar por un viaje de ida, lo más probable es que una vez que anochezca no se encuentre con quién volver ya que todos los rickshaws están alquilados.
Ida+Espera+Vuelta: 250 Rupias.
Entrada a los jardines: 100 Rupias.
BOCA EN BOCA VIAJERO – DÓNDE TOMAR UN CHAI
Muchas de las guest houses que dan a la puerta Sur tienen terrazas desde donde se puede disfrutar de un chai (té con leche al estilo indio) o una cerveza mientras se aprecia toda la magia del Taj Mahal. Las dos mejores terrazas, a mi entender, son la del Saniya Palace Hotel y la del Shanti Lodge. La primera está llena de plantas y tiene buena comida (aunque se toman su tiempo para servirla) y la segunda ofrece una vista que para mí es un poquito más perfecta.
27/02/2013 at 16:35
Muy buena nota Andy!! Por primera vez siento ganas de ir a India.
😉
27/02/2013 at 17:11
Gracias! India es mucho más lindo y tranquilo que la mala fama que tiene. La gente por lo general es muy linda también!
05/03/2013 at 02:28
“no me digas turista, no me insultes”. Cuanto comparto tu opinión en eso en que algunos se consideran superiores. Acaso quién puede decir en este mundo cuál es el modo correcto de viajar, sentir, amar???
Me gusta tu blog porque es distinto, el resto (la mayoría) cae en espacios comunes .
Un abrazo desde Neuquén
25/06/2013 at 13:00
Hola Diego! Tal cual. Cada uno encara la vida de la forma que mejor le parece y lo lindo de todo esto es la diversidad. Si no estaríamos aburriéndonos todos juntos.
Gracias por el aguante.
Abrazo desde Tailandia!
13/06/2013 at 01:17
Hola andy hace tiempo leo tu página admiro lo que haces es inspirador soy diseñadora y me siento en una encrucijada similar a la tuya cuando iniciaste todo esto… india me llama pero veremos que es lo que pasa 😉 saludos desde rio gallegos, santa cruz- Argentina (soy chilena por cierto, radicada en argentina)
25/06/2013 at 13:02
Hola Walesca! Gracias, me alegro que mi trabajo te inspire. Cualquier cosa que necesites para resolver tu encrucijada, si pensás que puedo ayudarte escribime!
Saludos!