Cuántas ciudades del mundo envidian vilmente el glamour que destilan los paisajes londinenses en detalles sutiles como lo pituco de sus taxis, las luces en las que se baña el Támesis cada noche o mismo esas pelucas-rascacielos de los guardias de Buckinham. Pero si de los double-decker hablamos, Toba está mucho más allá.
Una postal del día a día en el interior del supervolcán.
Surcando la piedra suelta y el polvo arremolinado de los caminos de Samosir Island aparecen tras cada curva estos atrevidos del transporte que mientras avanzan aventurados desafían las mismas leyes de la física que a los pequeños de sus techos les está llevando a aprender. Y además del sentido común, también el son de los amortiguadores delata que más allá de lo fotogénico y artesanal del doble piso sumatran style, hay algo que lejos de pintoresco puede terminar mal.
09/09/2013 at 15:17
Y sí, el numero de chicos lastimados y muertos debe ser importante no!?
Un abrazo!!!
10/10/2013 at 03:31
Ponete una rectificadora de amortiguadores y elásticos 🙂 Qué peligro que son éstos che!! viajan A lo Toba diría mi señora (no por los Tobas originales, sinó por mi que “atamo todo con alambre atamo”