PASA EN VARANASI – Muere un baba y soy parte del ritual funerario de un hombre sagrado en el Ganges

22/07/2015

Asia, EL VIAJE, India

“He is a lucky man. I would like to die here, but it´s not possible to die now. He was from the mountain, and he dies here. He is a lucky man.” – Baba.

“Es un hombre con suerte. A mí me gustaría morir acá, pero no es posible morir ahora. El era de la montaña, y murió acá. Es un hombre con suerte” – Baba

viajoscopio.com - Varanasi, Uttar Pradesh, India - Ritual funerario baba -1

Muchos babas juntos y amontonados es sinónimo de que algo raro puede pasar (éste es el momento del después, cuando todos empiezan a irse).

Acabo ver a tres metros de mis narices cómo se despide a un baba antes de atarlo a una bolsa llena de piedras y tirarlo en el medio del Ganges. Dicho así suena bastante crudo, pero tal es la cotidianidad con la que se vive la muerte en los ghats de Varanasi.

Holly man

Ésta, sin embargo, está lejos de ser una muerte más. La persona que está ahí sentada, envuelta en una manta negra, como contemplando el río mientras la invade el frío y siendo asistida por otros 3 babas al tiempo que una multitud de ellos tiñe de naranja las escalinatas del Shivala Ghat, es un hombre sagrado.

Nadie dice nada. Todos simplemente observan. Y aunque sin saber bien qué es lo que está pasando, lo propio hago yo desde unos 20 escalones más arriba. Pero 5 minutos de mirar cómo otros hacen algo mientras yo no hago nada, no para los indios pero para mí sí son más que suficientes: o bajo y me entero de qué pasa o sigo mi camino.

Tres metros me separan del baba

Sólo cuando veo que los gestos de amor con los que sus amigos amigos tocan al baba no sólo son caricias sino que además sirven para sostener su cabeza, me doy cuenta de que el baba está muerto. Cruzado de piernas, cruzado de brazos, envuelto en la manta y a unos pocos escalones de las aguas en las que siempre hubiera deseado morir, acá está el baba. Muerto.

Uno de sus compañeros llega con un cubo de lata lleno de leche y entonces el ritual puede empezar. Entre tres otros sadhus alzan el cuerpo para llevarlo hasta los escalones más bajos del ghat, donde lo desnudan suavemente para bañarlo con agua sagrada del Ganges: primero mojan la cabeza, los pelos largos y la barba. Cada uno un poco hasta que pasan a bañarle el resto del cuerpo. Todo lo hacen con un amor y una dedicación propias de quien sabe que este baba habrá estado esperando toda su vida para morir acá. En la delicadeza con que lo tocan siento que cada uno de quienes supongo son sus amigos hace de este ritual uno tan especial como el que desean algún día otros hagan con él.

Es un momento de paz, mágico. La luz suave del atardecer ilumina un cielo celeste con tintes rosados sobre el Ganges cuando ahora es la leche la que empieza a recorrer bajando desde la cabeza el cuerpo del baba. Todos estamos en silencio, contemplando una despedida única. Después de la leche es tiempo de esparcir sobre su piel crema de sándalo.

Cuando veo que dejan al lado mío una bolsa blanca que entiendo está llena de rocas, el baba, que sigue sentado, ya está cubierto con una tela naranja que lo rodea y desde donde afloran su cuello y cabeza. Sólo falta llenarlo de guirnaldas de flores también naranjas para que el cuerpo esté listo para ser sumergido.

Lucky man

Al ser un hombre sagrado que ha dedicado su vida de baba a la meditación y búsqueda de la iluminación, su alma, junto con la de animales, bebés, mujeres embarazadas, muertos atacados por una cobra y nenes menores de 10 años, es un alma pura. Es por esto que el cuerpo del baba no necesita ser cremado.

Cuando después de un poco de griterío y esa desorganización desopilante que sólo en India uno se puede encontrar finalmente acuerdan cuál va a ser el bote encargado del transporte hasta el medio del río, los más cercanos levantan al baba y entre cánticos de toda la multitud de otros babas lo suben a la canoa.

En total llego a contar 20 babas, un barquero y un occidental que saca fotos. Son ellos los que en medio del Ganges, mientras cantan y levantan las manos, dan 5 vueltas en forma de círculo sobre el lugar en el que acaban de lanzar los restos de un hombre sagrado que alcanzó el moksha, liberándose así del sufrimiento del samsara (el ciclo de reencarnaciones) tras morir y ser despedido en el río más sagrado de la ciudad más sagrada del hinduimo. Acá en donde seguramente toda su vida habrá deseado morir.

La canoa volviendo.

La canoa volviendo.

Pero si estaba en el momento y el lugar justos, ¿entonces las fotos dónde están?

Hoy a la tarde, hace unas horas, había decidido dejar de trabajar para salir a fotografiar cómo el sol del atardecer le pegaba al casco antiguo de la ciudad. Pero hete aquí que después de haber caminado sólo unos 3 km, se me apaga la cámara. Las batería está lista y la tengo que cambiar. Pésima noticia cuando después de intercambiarla varias veces con la de repuesto, me desayuno de que no es que volví a poner la misma, sino que la otra también está descargada. ¡FUCK!

Decido entonces cambiar mis planes, pasar a buscar la computadora y volver a trabajar, pero esta vez mientras contemplo cómo pega el atardecer al Ganges y sus ghats (espectáculo único si los hay). Sólo por culpa de la cámara es que termino viviendo esta situación mágica que es la despedida de un hombre sagrado en el río más sagrado de la ciudad más sagrada del hinduismo.

Lo vivo todo a tres metros de mis narices. Estoy en el primer escalón, el más bajo de esos en los que no te mojás las zapatillas. Tengo la cámara y a pesar de que ella por alguna razón me hizo estar acá y sabiendo que me quedan alrededor de 5 fotos con cada batería, decido no sacar. ¡Retratos de un baba muerto! Podrían ser fotos geniales como periodista, fotógrafo y blogger, y de hecho muchos darían lo que sea por estar con sus cámaras acá. Pero yo pienso que si la persona que estuviésemos despidiendo fuese alguien cercano a mí, no me gustaría que cualquier hijo de vecino que pase por el lugar aprovechara este momento íntimo para saciar su necesidad de fotos a como de lugar.

Me quedo con lo vivido. Con los detalles de un momento hermoso y lleno de amor para despedir a un baba en el Ganges. Sé que nunca me va a volver a pasar y que es una foto que podría haber tenido y nunca voy a tener. Pero también que me acuerdo cada detalle y que cada vez que quiera, lo puedo volver a vivir.

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2 respuestas para “PASA EN VARANASI – Muere un baba y soy parte del ritual funerario de un hombre sagrado en el Ganges”

  1. Sandra dice:

    Viajar es tan mágico, estar en el lugar exacto en el momento perfecto sin ni siquiera imaginarlo… Estas cosas pasan a quien se lo permite, se entrega a la vida para recibir lo que ella nos tiene a dar! Felicitaciones por el blog!

    Responder

  2. Ana dice:

    Me encantó, pero nunca digas nunca! Quién te dice? Tal vez lo ves unas 4 veces más en tu vida, dentro de muchos años.
    Te banco mucho en la decisión, en lo que te debe haber pasado por adentro!

    Beso y abrazo!

    Responder

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Acerca de ANDI

En agosto del 2010, habiendo estudiado Cs. de la Comunicación y trabajado dos años y medio como creativo publicitario en agencias internacionales, decidí renunciar a mi carrera de publicista para empezar a dedicarme a cumplir el sueño de viajar por el mundo. Hoy improviso destinos de la mano de VIAJOSCOPIO, mi segundo blog de viajes y aventuras, en donde comparto con todo el mundo fotos, videos, aventuras, personajes, curiosidades, itinerarios, datos útiles para viajeros y todo lo que sume para motivar, inspirar, soñar y concretar.

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